viernes, 13 de junio de 2008

Al borde del precipicio

Los Lakers dieron su versión mas genuina en el momento menos oportuno y la final se convierte ya en una quimera, el partido fue una leccion de buen juego y coraje de unos Celtics que empiezan a tocar el anillo con la yema de los dedos, mal que le pese alguno, los Lakers empezaron con un irreal Lamar Odom, desaparecido desde hace ya mucho tiempo, pese a su buen primer cuarto, todo parecía sobre ruedas, que si un mate por aquí, que si un triple por allá, los Celtics a lo suyo. Dinámica peligrosa.

El segundo cuarto ya comenzo a dislumbrar la posibilidad de remontada verde, Allen y Pierce empezaron a hacer daño a la defensa angelina, y la ventaja disminuía alarmantemente ante la complacencia de un Staples, que mas que una cancha de baloncesto parece el Teatro Real, Bryant totalmente obsesionado por hacer estadísticas se choco con el muro, perfectamente ejemplificado en la figura de un gran Pierce, al descanso 58-40, ninguna persona que contemplara el partido se esperaba una vuelta del guión así.

Entonces aparecieron dos secundarios que se enchufaron a una velocidad brutal al partido, Eddie House y un enorme James Posey con cuatro triples, cada uno de ellos mas doloroso para la moral de los amarillos, Allen perfecto tanto en defensa como en ataque se saco varias jugadas de la chistera al mas puro estilo Jordan, Kobe sin aparecer todavía, el publico seguía a lo suyo, al final del tercer cuarto la diferencia ya solo era de una canasta (73-71), y en baloncesto como en general en la vida el que viene por detrás acaba pasando a todo el mundo.

La ultima escena de la obra nos descubre las miserias de un equipo que lo ha hecho todo bien hasta la final y la grandeza de otro cuya fortaleza mental es infranqueable, aunque los Lakers ayer eran carne de remontada, a poco mas de cuatro minutos para la conclusión ya mandaban los Celtics y a los Lakers se les veía física y mentalmente derrotados, nunca dieron la sensacion de poder ganar el partido al final, la diferencia entre un partido de liga regular y uno de finales de NBA es clara y no muy compleja de asimilar, en una final el que perdona pierde y justamente les paso ayer a los de Phil Jackson, que contemplaba cariacontecido el desarrollo de los acontecimientos a la espera de un Kobe-milagro. Pero este nunca llego, ni tampoco habría sido lo mas justo.

Hay una jugada que escenifica la actitud de los jugadores californianos, en la posesión a falta de 4o segundos en la que Allen lleva el balón, se da la orden desde el banquillo de no hacer falta, el resultado bien distinto " Ray" paso como Pedro por su casa y anota una bandeja sencilla a mas no poder, la defensa laker de vacaciones. El resumen de un partido en el que un equipo le remonta a otro 24 puntos y acaba ganando no deja lugar a dobles interpretaciones, en el segundo partido los Lakers casi lo hacen a la inversa pero se quedaron en la orilla, ayer los Celtics salieron a flote, total un 3-1 que escocerá en L.A y muy mal aspecto en el horizonte, no hay que decir que nada es imposible y que cosas mas dificiles se han visto, pero ahora mismo los Celtics están con una evidente dinámica ganadora que Kobe Bryant y el resto de jugadores, e incluso cuerpo técnico adolecen.

No seria nada malo reflexionar sobre las causas de la derrota y salir con otra mentalidad pero me temo mucho que estos Lakers no se encuentran en condiciones para dar la vuelta a un 3-1, mas que por el merito de Boston, por sus propios deméritos baloncestisticos, un equipo que quiera aspirar al anillo no puede presentar una opción tan pobre como nadar y guardar la ropa, tiene que ir a minar la moral del rival y a aumentar la diferencia lo máximo posible, los Lakers no lo hicieron y esta es su historia a dia de hoy.


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